¡Una victoria más en el mundo de la protección animal!
La caza de ballenas se remonta al siglo XIX y se ha vivido en muchos países. Con el paso del tiempo, es una práctica que se ha ido prohibiendo, pero, en naciones como Japón, Islandia y Noruega, todavía, a día de hoy, se sigue manteniendo.
El motivo de que se persiga a este ser tan majestuoso es por el comercio de su carne y piel, y por creencias culturales, personalmente, carentes de sentido.
Por suerte, cada vez hay más presión y conciencia animal, y se aplican leyes más duras, especialmente, en pro de las especies en peligro de extinción, como es en el caso de la ballena azul.
Gracias a ello, ya es el segundo año consecutivo que los barcos balleneros no salen a cazar en Islandia. Algunos comentan que este año ha sido por el COVID-19, otros hablan de la crisis económica del sector del comercio ballenero.
Sea como fuere, estamos de celebración y, aunque sabemos que queda mucho por recorrer, es importante tener presente y recordar los pasos que damos para hacer de este mundo, un lugar mejor.
Es por ello que, os animamos a que sigáis al pie del cañón, que no miréis a otro lado y que os suméis a las peticiones en forma de firma colectiva. Tened en cuenta que es, precisamente, la presión social, la que está ayudando a cambiar el mundo.

Foto: Three-shots from Pixabay
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