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Cómo ayuda la intervención asistida con perros a niños con Síndrome de Asperger


El síndrome de Asperger existe, al igual que muchos otros diagnósticos, para agrupar a personas que funcionan de una manera específica pero diferente a lo que la sociedad considera normativo. Pero, realmente, debemos tener en cuenta que cada ser es único, por lo que, en vez de agrupar, etiquetar y excluir, deberíamos ver lo bueno que podría sacar el mundo de la gran diversidad que habita en él.

¿Qué es el Síndrome de Asperger?


El síndrome de Asperger se ha englobado dentro de los trastornos del espectro autista (TEA) y es un trastorno complejo del neurodesarrollo, con características nucleares propias y definitorias. Esta especificidad se pone de manifiesto en las últimas versiones de los sistemas de clasificación internacionales de salud y trastornos mentales (CIE-11 y DSM-5).

Las personas con Síndrome de Asperger reciben esta etiqueta porque muestran diferencias en los siguientes aspectos:


Ayuda a manejar la información


Regular la atención: Suelen tener intereses muy específicos y reducidos ante lo cual muestran toda su atención pero, cuando se tratan otros temas suelen perderla. Por lo tanto, no son personas con TDA, sino que les cuesta regular la atención.

Tener organización: Ser ordenado es diferente a ser organizado. Estas personas suelen ser muy ordenadas, pero les cuesta organizar los pasos a seguir para poder solventar aspectos del día a día (cómo enfrentarse a un examen, cómo preparar la mochila…)

Establecer objetivos: Dificultad en imaginar o pensar en futuro, por lo que necesitan soporte para poder establecer los pasos a seguir para conseguir resolver metas que quisieran vivir o con las que se encontrarán.

Tener memoria de trabajo: Pueden memorizar perfectamente las tareas que deben hacer pero éstas tienen que presentarse de una en una. Si se les pide realizar más de una tarea, sus picos de ansiedad aumentan y pueden llegar a bloquearse.

Mejora la interpretación de la información

Literalidad: no entienden mentiras, bromas, dobles sentidos. Comprenden lo que ven, lo tangible. Este suele ser un aspecto por el que les cuesta mucho adaptarse a una sociedad que, sobre todo, trata con términos abstractos.


Detallismo: Lo que se considera “normal” es analizar y generalizar, por lo que un conjunto de árboles, conforman un bosque. En el caso de las personas con Asperger, no hay generalizaciones, son muy detallistas y se fijan en cada uno de los árboles que componen el bosque. Ven lo que otros no ven porque se centran en lo particular.


Procesamiento por imágenes: Su mente procesa la información en imágenes, por eso tienen tan buena relación con las tecnologías, pues usan el mismo lenguaje. Este concepto está muy ligado al de literalidad.

Ayuda a gestionar emociones en los niños


Alto nivel de ansiedad: Lo detallistas y literales que son les hace ir a contracorriente en la sociedad en la que vivimos, cosa que les lleva a vivir varias situaciones en las que se abruman y en las que su nivel de ansiedad aumenta. Estos niveles suelen traducirse en bloqueos, pataletas, estereotipias, etc. Por otro lado, al pensar en imágenes y no con palabras, en muchas ocasiones tienen dificultades para comunicar lo que piensan o sienten y, por lo tanto, el entorno no puede llegar a comprenderlos. Y, en este sentido, les pasa como a todo ser humano, cuando no somos comprendidos o escuchados como realmente necesitamos, nuestra ansiedad y estrés aumenta.

Teoría de la mente


Este aspecto está ligado a la dificultad que tienen por pensar en abstracto. No es que no sean sensibles, al revés, lo son y mucho, pero les cuesta imaginar algo que no están viendo, ni tampoco predecir el futuro pues, tampoco lo ven hasta que no sucede.


Predecir conductas e intenciones: No pueden imaginar qué harán o qué intenciones tienen terceros con sus actos.

Empatía: Les es difícil imaginarse cómo afectan las conductas a otros o cómo se sienten otros. Así como también no llegan a saber qué nivel de conocimientos, dan por hecho que saben lo mismo que ellos, porque es lo que ellos conocen. Si ven a alguien triste por supuesto que conectan con esa emoción, pero les cuesta imaginarse que han podido ser ellos quienes hayan provocado esa situación o qué ha podido llevarlo a estar tristes.

Dificultad adaptarse a contextos: Las personas con Aspeger son muy concretas, por lo que les cuesta aplicar lo que han aprendido a contextos nuevos.


El mundo del cine y las series nos han hecho creer que todas las personas con Aspeger son superdotados y es importante tener claro que no todos los casos son iguales, pues presuponer altas capacidades podría frustrar mucho a la persona con Aspeger y a su familia. Y, como este ejemplo, muchos otros, por lo que es vital empezar a tratar a todo el mundo (con o sin diagnóstico) como un ser único. Conocerlo por quién es y no por la etiqueta que le preceda.


Aunque sabemos que nos repetimos, creemos que aprender de cada ser con el que te cruzas es lo que te hará más humano. No juzgues; lo diferente no es raro o motivo de rechazo, todos tenemos algo que nos hace diferentes, por lo que trata a los demás como te gustaría que te tratarán a ti y a lo que te hace único.



La intervención asistida con perros con niños con Asperger


¿Por qué tiene tan buen resultado la intervención asistida con animales con personas con Asperger? Porque los participantes dejan de ser juzgados por una etiqueta y pueden ser lo que realmente son, sin tener miedo a que les corten las alas, sin tener miedo a que les digan que una u otra conducta es mala.


La libertad de poder ser y hacer abre canales de expresión y comunicación que no suelen darse en el día a día y, la compañía de un perro, los hace posible.


El trabajo del terapeuta es clave ya que debe dar apoyo al perro actuando y mirando con los mismos ojos que mira él, de lo contrario, el participante se encontrará en la misma situación que en su día a día: juicios y etiquetas.


Los animales suelen ser un centro de interés bastante común en personas con Asperger, por lo que, el perro se convierte en el centro y el foco de su atención (se da respuesta de manera directa a la primera dificultad anteriormente comentada). Facilita al terapeuta el poder trabajar con él pues, gracias al perro, se logra que la atención se mantenga. Difícilmente se distraerá.


Los beneficios que se observan en la intervención asistida con perros son:


Modulan sus conductas y respuestas, gracias al interés que tienen hacia el animal. Se reduce la sobrerreacción y aceptan las propuestas que se le dan en forma de actividades.


Se promueve la integración sensorial: el cuerpo del perro estimulan todos los sentidos del humano, visualmente (tamaño, colores, zonas…), táctilmente (tienen diferentes texturas), olfativamente (tienen un olor determinado e incluso puede variar en actividades de limpieza), gustativamente (se puede hacer premios aptos para humanos y perros), auditivamente (producen diferentes ruidos) y vestibularmente (pasear por materiales cambiantes).

Se reduce la ansiedad: está demostrado científicamente que acariciar a un perro reduce la ansiedad y promueve la relajación. El estado básico de un perro es la calma, por lo que tener a uno cerca te anima a vivir en la misma esencia. Además, en las sesiones se producen pocos picos de ansiedad ya que suele ser un entorno seguro y estructurado, por lo que es un espacio perfecto para aportar estrategias para el día a día de las personas que favorezca a la no aparición de situaciones de descontrol emocional.

Se promueve la empatía: Los perros son predecibles y necesitan rutinas. Actúan de una manera muy parecida a las personas con Asperger. Si se conoce la comunicación canina, es fácil entender y anticiparse. Al entender cómo funciona el respeto, empatía y comunicación con perros, se adoptan estrategias útiles para el día a día con personas del entorno cotidiano.

Mejora el autoestima y autoconcepto: Las personas pueden ser quienes son, sin miedo a que los etiqueten o los juzguen. En sesión no hay errores, sólo aprendizaje, pueden superar obstáculos y reforzar el autoestima, todo está bien en el espacio junto al perro.

Establecen vínculos sanos y reales: Los perros se comunican instintivamente y emocionalmente. Siempre hablan de las personas con Asperger como si fueran ordenadores, todo mente y carente de emociones, pero es todo lo contrario. Son personas altamente sensibles que conectan con las emociones pero que el mundo en el que vivimos no entiende ni respeta, por lo que se protegen desconectando de él. Ellos y los perros tienen una manera de vivir a nivel emocional muy parecida, son inocentes y totalmente transparentes. No engañan ni intentan ser lo que no son. Realmente, es algo que deberíamos aprender. Si dejásemos de enmascarar la verdad, de dobles sentidos y de mensajes entre líneas las relaciones serían mucho más sinceras y reales.

Mejora la organización: Las actividades se enfocan en ayudar a las personas a adoptar estrategias para facilitar su día a día. Se presentan situaciones y se acompaña en la identificación de necesidades y de los pasos a seguir para solucionarlas.


En conclusión, la intervención asistida con perros es una alternativa muy positiva para las personas con Síndrome de Asperger ya que la compañía de un animal les proporciona seguridad y libertad. Establecen vínculos muy bonitos y sanos con los animales y se permiten explorar el mundo emocional partiendo de la comunicación y el resto. Gracias a la intervención asisitda con animales aprenden estrategias que les serán útiles para afrontar el día a día con menos ansiedad.


Si quieres saber más sobre este tipo de intervención para ti, un conocido o, simplemente, por interés, ponte en contacto con nosotrxs.

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